¡Que la lluvia no arruine tu viaje! Si amaneciste con nubes grises sobre Villa Ventana, no te preocupes. Este hermoso destino serrano ofrece muchas alternativas para disfrutar incluso bajo un paraguas. Es cierto que las caminatas de montaña más largas pueden cancelarse por seguridad cuando llueve mucho, pero eso solo significa que tendrás la oportunidad de descubrir el lado cultural, histórico y aventurero de la comarca desde otra perspectiva. A continuación, te proponemos opciones para un día de lluvia que combinan historia local, paseos pintorescos y diversión sin mojarse (demasiado).

Cultura e historia a salvo de la lluvia

Un día lluvioso es ideal para sumergirse en la rica historia y cultura serrana. En el pintoresco pueblo de Tornquist, por ejemplo, puedes refugiarte en la Iglesia Santa Rosa de Lima, un imponente templo neogótico inaugurado en 1907 con la presencia del presidente argentino de la época (Roca). Dentro de esta iglesia centenaria apreciarás sus vitrales y pinturas en el techo, e incluso encontrarás los sepulcros del fundador del pueblo, Don Ernesto Tornquist, y su esposa. Mientras escuchas el repiqueteo de la lluvia afuera, sentirás que viajas en el tiempo entre sus muros históricos.

Si te apasiona el turismo religioso, en la vecina localidad de Saldungaray la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito también abre sus puertas: fue construida a comienzos del siglo XX y alberga un retablo y una imagen de la Virgen traídos especialmente desde Europa en 1905. Visitar estos templos bajo techo te permitirá apreciar la arquitectura y devoción local cómodamente resguardado de la lluvia.

No muy lejos de allí, la historia ferroviaria y las tradiciones criollas te esperan en Sierra de la Ventana. Muy cerca del centro, se encuentra la antigua Estación de tren y Museo Ferroviario local. Aunque ya no pasan trenes de pasajeros por allí, la estación se mantiene impecable –¡es perfecta para unas fotos melancólicas con cielo nublado de fondo! y al final del andén funciona un pequeño museo con objetos históricos del ferrocarril. Podrás ver instrumentos, fotografías y piezas que cuentan cómo el tren ayudó al desarrollo de la comarca.

A pasos de la estación está el Museo de La Trochita (Ramal 111), dedicado a la legendaria locomotora de trocha angosta que unía el pueblo con el famoso Club Hotel de la Ventana en el siglo pasado. Creado por vecinos para preservar la identidad local, este museo exhibe cómo aquel trenecito fue un ícono fundamental del progreso serrano. Sumergirse en estas historias bajo techo, mientras las gotas repiquetean afuera, tiene su encanto: aprenderás anécdotas y curiosidades locales sin mojarte ni un poquito.

Por otro lado, la escena cultural local tampoco se detiene por unas gotas. En la misma Sierra de la Ventana, el Centro Cultural te ofrece un refugio creativo. Ubicado detrás de la vieja estación de tren, este centro comunitario alberga durante todo el año exposiciones de arte y eventos donde participan artistas locales y nacionales. En días lluviosos muchas veces encontrarás allí alguna muestra interesante para ver con tranquilidad, o incluso puedes toparte con un ensayo de música en vivo. Además, este lugar es sede de celebraciones importantes: cada enero, por ejemplo, organiza la Fiesta Provincial de los Reyes Magos, donde se montan espectáculos para toda la familia y numerosos food trucks con delicias gastronómicas mientras los Reyes descienden desde el Cerro Ceferino. Aunque esa fiesta ocurre en verano, el Centro Cultural es un punto de encuentro permanente.

Y ya que estás por la zona, aprovecha para visitar el Museo Ferroviario contiguo que mencionamos y, si el horario coincide, date una vuelta por la Feria Municipal de Artesanos en la calle Roca. Esta feria artesanal (cuando el clima lo permite) reúne puestos con productos hechos a mano, desde tejidos y velas aromáticas hasta cuchillos de platería y cerámicas, todos elaborados con dedicación por emprendedores locales. Es un paseo diferente donde podrás comprar un recuerdo auténtico, conversar con los artesanos bajo sus gazebos y apreciar la creatividad serrana sin que la lluvia te gane la pulseada.

Paseos pintorescos con paraguas en mano

El imponente Portal del Cementerio de Saldungaray –una de las obras más famosas del ingeniero Francisco Salamone– es prueba de que incluso bajo cielos grises su arquitectura asombra por su simbolismo. En efecto, si decides hacer un paseo en auto hasta Saldungaray (a pocos kilómetros de Sierra de la Ventana) aunque esté lloviendo, podrás admirar esta monumental entrada de cementerio sin bajarte demasiado del vehículo. Se trata de una estructura circular de hormigón con una enorme rueda de 18 metros de diámetro y una cruz central, decorada con una cabeza de Cristo de estilo cubista. Aun con lluvia ligera, vale la pena acercarse: las tonalidades húmedas del cemento y el brillo de sus azulejos azules le dan un aire misterioso. Puedes estacionar cerca, contemplar y sacar fotos rápidas con el paraguas en mano –te aseguramos que la postal gótica y dramática del portal bajo la lluvia será de las más memorables de tu viaje. Y ya que estás en Saldungaray, si la lluvia amaina un poco, da una vuelta por el histórico Fortín Pavón junto al arroyo Sauce Grande o por la Plaza Independencia del pueblo. Quizás hasta puedas entrar en alguna tiendita local a probar dulces caseros mientras esperas que pase el chaparrón.

De regreso en Villa Ventana y Sierra de la Ventana, la lluvia suave puede añadir un encanto especial a los paseos urbanos. En Villa Ventana, por ejemplo, las calles arboladas adquieren un aroma a tierra mojada delicioso. Un recorrido recomendable es el Circuito de Artesanos disperso por sus pintorescas calles. Con una campera impermeable, disfruta descubriendo talleres y puestitos de arte local: desde pinturas y esculturas hasta trabajos en madera. La lluvia ligera suele ahuyentar las multitudes, así que tendrás la oportunidad de charlar con los artesanos con tranquilidad e incluso verlos trabajar mientras tararean bajo sus techos de chapa.

En Sierra de la Ventana, tampoco dejes que unas gotas frenen tus ganas de explorar. Puedes dar un corto paseo hasta el Puente Negro, un antiguo puente ferroviario peatonal que cruza el Río Sauce Grande conectando Sierra de la Ventana con Villa Arcadia. Este puente de fines del siglo XIX, construido en hierro negro, enmarca el paisaje serrano de forma única. Cruzarlo con cuidado bajo la lluvia ligera, escuchando el ruido del río crecido abajo, es toda una experiencia: cada tablón húmedo bajo tus pies parece contar historias de viajeros de antaño. Además, la vista desde el puente, con las sierras difuminadas por la neblina, te hará sentir dentro de una pintura impresionista.

Si el clima mejora a llovizna, otra opción es subir en coche hasta la Plaza del Mirador en Sierra de la Ventana. Esta placita panorámica se ubica en uno de los puntos más altos del pueblo. Ofrece juegos infantiles (quizás vacíos y brillantes bajo la lluvia) y esculturas de animales autóctonos, como una gran lechuza y un puma, que parecen vigilar el valle. Desde allí arriba, tendrás vistas espléndidas incluso en días nublados: los cerros circundantes aparecen entre brumas y si tienes suerte, podrás ver cómo las nubes bajas se deslizan entre ellos. Muchos viajeros coinciden en que ver las sierras bajo la lluvia tiene un encanto especial, los tonos verdes se vuelven más intensos y el aire se siente purificado.

Ya sea desde el Mirador de Sierra o simplemente conduciendo por la ruta serrana (con precaución), aprovecha para disfrutar de ese paisaje diferente. Al fin y al cabo, no todos los días se ven cascadas espontáneas formándose en las laderas del Abra de la Ventana, ni arroyos cantando con más fuerza gracias a la lluvia.

Para quienes prefieren algo de aventura tranquila pero igual de especial, existen pequeñas excursiones de naturaleza ideales para hacer con llovizna, las cuales puedes consultar con la gente de Ventania Turismo. Por ejemplo, en el Parque Provincial Ernesto Tornquist se organiza una breve visita guiada al Jardín Botánico Pillahuincó, ubicado en la base del Cerro Bahía Blanca. Es una caminata fácil (apta para todas las edades) de solo una hora, donde un guía te muestra la flora nativa de la región. Con lluvia ligera, los colores de las plantas se realzan y probablemente veas flores silvestres brillando con gotas como diamantes. Además, aprenderás consejos para armar jardines con especies autóctonas que requieren poca agua ¡bastante oportuno cuando está lloviendo a tu alrededor! Eso sí, siempre consulta antes de ir, porque si la lluvia es muy intensa o los senderos están intransitables, las autoridades del parque pueden cerrar temporalmente las actividades por seguridad.

La buena noticia es que apenas mejora un poco el clima, estos paseos educativos se retoman para que nadie se quede sin conocer la naturaleza serrana. Otra caminata sencilla es el Sendero Ribera del Belisario en Villa Ventana, un recorrido autoguiado corto junto al arroyo Belisario. Con un impermeable puesto, andar entre el bosque húmedo y escuchar el murmullo crecido del arroyo puede ser de lo más relajante y renovador. Solo toma precaución con el terreno resbaloso y evita este tipo de senderos si la tormenta está fuerte o el caudal muy alto, pero con lluvia débil verás que el entorno se vuelve casi mágico, envuelto en un silencio de gotas y verdes intensos.

Diversión y sabores bajo techo

No todos los planes en las Sierras implican mojarse ¡también hay entretenimiento bajo techo de sobra! Una opción clásica para la noche de un día lluvioso es probar suerte en el Casino de Sierra de la Ventana. Este casino ofrece un ambiente cálido, elegante y lleno de diversión para grandes (recuerda, solo mayores de 18). En su sala de juegos encontrarás tragamonedas brillantes, mesas de ruleta y cartas, todo acompañado por un cómodo espacio de bar y restaurante. Muchos turistas y locales se refugian aquí cuando llueve, disfrutando de una copa o un café caliente mientras escuchan la lluvia repiquetear a través de las ventanas. ¿Quién dice que un chaparrón no puede traer suerte? Tal vez entre apuesta y apuesta escuches cómo afuera cae un aguacero, pero adentro las risas y brindis no se detienen. El casino se ha vuelto un clásico de las noches serranas, así que vivir esa experiencia te permitirá conocer otro lado de Sierra de la Ventana: el del ocio nocturno y glamoroso de este pequeño pueblo turístico.

Por último, un día de lluvia es la excusa perfecta para saborear la gastronomía local con calma. Muchos restaurantes, paradores y casas de té de la comarca ofrecen espacios acogedores donde refugiarse del agua mientras se degustan platos regionales. Imagina almorzar unas empanadas calentitas o un plato de cordero serrano lentamente braseado, con la ventana al lado mostrando cómo la lluvia riega los jardines. O entrar a una confitería histórica a la hora de la merienda: el aroma a chocolate y masas dulces llenando el aire, un buen chocolate caliente humeando en tu taza, y tú secándote la campera junto a la estufa a leña. Son pequeños placeres que hacen que el mal tiempo valga la pena. Incluso hay alojamientos que sirven picadas con productos locales (quesos, chacinados, escabeches) para disfrutar sin salir de la cabaña, una gran idea si decides que ese día prefieres quedarte puertas adentro escuchando la lluvia desde la comodidad de tu balcón cubierto.

Como ves, las Sierras de la Ventana no pierden su magia bajo la lluvia. Por el contrario, un día lluvioso puede convertirse en una aventura distinta: te invita a descubrir museos y capillas que quizá en un día soleado pasarías por alto, a contemplar el paisaje con otros matices y a disfrutar de momentos de descanso merecido. Ya sea recorriendo un puente histórico envuelto en bruma, brindando en el casino, o chapoteando divertido en un paseo 4×4, las Sierras de la Ventana tienen opciones para todos los gustos cuando llueve. La próxima vez que el pronóstico anuncie lluvia en tu viaje, recuerda estos consejos: arma tu mochila con campera impermeable y botas, carga el termo con café o mate caliente, ¡y sal a vivir la Sierra de la Ventana desde una perspectiva nueva y refrescante! Después de todo, no hay mal clima, sino aventuras diferentes por vivir.

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Para finalizar, este es un destino que combina a lo largo de sus localidades y serranías, aventura, naturaleza, y tranquilidad. Con actividades para todos los gustos y edades, es un lugar que invita a desconectar y disfrutar de la belleza de las sierras bonaerenses. Ya sea explorando sus cerros, disfrutando de sus ríos o degustando su gastronomía, la visita es sin lugar a dudas una experiencia inolvidable.

Sergio Marto

Sergio Marto
Director del Portal de Turismo y Cultura
info@sierrasdelaventana.com.ar
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